Una semana más y de Madeleine no se sabe nada. Ni una pista salvo las que puedan aportan las nuevas vías de la investigación de la policía portuguesa y las de los investigadores ingleses.
Lo de la policía lusa empieza a ser preocupante, casi tanto como los tertulianos de de televisión que sin rubor se meten a jueces y condenan a los padres por un crimen que, hasta el momento, no lo es.
La nueva perla de los 'Holmes' portugueses es que la niña murió de un golpe cuando bajaba por una escalera. También investiga hasta que punto puede estar implicada una ex empleada que los McCann despidieron; el móvil para secuestrar a la pequeña habría sido la venganza. Lo que cuesta trabajo creer es que después de tantas semanas en el dique seco no apostaran por esta opción, la más lógica. ¿Quién no tiene enemigos, aunque no lo sepa?
El matrimonio va a dilapidar una fortuna en una campaña de publicidad que regenere el interés mundial por la desaparición de su hija. Otro buen pellizco se lo va a llevar su equipo jurídico, que tiene como misión obligar a la justicia lusa a que reconsidere la situación de sospechosos ("arguidos"). Y el último, el que más controversia va a causar, es la contratación de un medium para localizar a Madeleine. Sin duda, esta última iniciativa va a dar mucho que hablar y de gritar en los platós, donde ya se grita hasta para dar la razón al contrario con tal de elevar unas decimitas la audiencia. !Qué pena! Se trata de una niña.
