Es increíble la desfachatez de los tiranos sean de donde sean. Se hacen con el poder gracias a la democracia o las pistolas y cuando controlan el país si las cosas fallan la culpa la tiene el pueblo. Es, por poner un ejemplo inmediato, lo que ocurre en las empresas con los jefecillos mediocres: ellos nunca cometensus errores, sino los trabajadores que están a su cargo. Así pasa luego: legiones de mediocres a cargo de otro que lo es más.
Esta lección es de las primeras que ha aprendido y aplicado Hugo Chávez nada más perder el referéndum que le habría permitido seguir en el 'palmito' una larguísima temporada.
En una llamada telefónica que el mandatario venezolano hizo al canal estatal de televisión, aseguró que pudo equivocarse en el momento para presentar la propuesta socialista porque "el pueblo aún no está maduro para aceptar este proyecto". Al parecer, se ha olvidado de que en esta consulta más de tres millones de seguidores que le apoyaron antes le han dado la espalda.
De momento, parece que ha aceptado con deportividad el desenlace negativo de la consulta, pero la oposición está convencida de que las reformas que no ha conseguido imponer con las urnas la pueda sacar adelante a base de decretos.
Ahora, además de estar 'calladito' una buena temporada, Chávez tendrá que cambiar de discurso y admitir que tener la mayoría no es sinónimo de tener siempre la razón. Hasta los venezolanos más 'buenos' se cansan de que las divisas de su país se gasten en armamento militar y en ayudas a otros países mientras ellos no pueden comprar un litro de leche.
