viernes, 29 de junio de 2007

"Seguir a los Rolling Stones es como ser del Betis, manque pierda"


Jagger hizo lo imposible por contentar y calentar al público de Madrid después del plantón del año pasado, pero el problema lo tenía detrás de él y se llamaba Keith Richards. El guitarrista, uno de los grandes mitos de la música moderna http://www.rollingstones.com/home.php, apenas acertó a coordinar con su telecaster seis o siete acordes hasta bien pasada una hora sobre el escenario del Vicente Calderón. Era increíble. Ni siquiera fue capaz de acompañar a Wood en Happy, uno de sus temas en el que, además, es la voz solista. Parecía como si la cosa no fuera con él, lo que provocó que sus compañeros le recriminaran su actitud con miradas de enojo que no se molestaron en disimular.
En medio de la fiesta, que tenía el morbo de ver si se llenaba el campo -lo que así ocurrió-, nadie iba a reparar en unas notas mal interpretadas (demasiadas), pero a la salida el que más y el que menos se quejó, y con razón http://es.youtube.com/watch?v=VLxaJeC6Szs.

Mientras Jagger se mostró pletórico de facultades físicas, Richards parecía un jubilado británico que participaba en un baile de disfraces vestido, como es de suponer, de pirata. Sólo se animó al final, cuando la banda se lanzó con Jumpin' just flash; su cuerpo se estilizó y cogió la guitarra con ganas. en ese momento perdió, por lo menos, 20 años.

El fin de fiesta,tan impresionante como el escenario, llegó con una traca y fuegos artificales. No sé por qué, pero me parece que esta es la última gira mundial del grupo inglés. Aunque seguidores no les van a faltar. Comentaban mis vecinos: "ver a los Rolling Stones es como ser del Betis, manque pierda".
La nota triste, por enésima vez en Madrid, la puso el trágico accidente que sufrieron varios trabajadores mientras desmontaban el escenario. Dos de ellos fallecieron.